Primero fue el viaje y luego la banda
Perotá Chingó no tenían la intención de formar una banda. La música fue la gasolina de su viaje por el mundo hace unos 9 años, cuando interpretaban canciones de Violeta Parra, Chavela Vargas y también propias, y luego pasaban la gorra.
Un buen día, después de que un amigo las grabase interpretando Ríe Chinito en Cabo Polonio (donde dormían en la caseta de socorristas), colgaron el vídeo en Youtube. La viralización fue instantánea.
No eran una banda, eran dos amigas viajando por el mundo, pero desde ese momento empezaron los mensajes preguntando qué más tenían y si solían hacer conciertos.
El viaje se convirtió en gira
Su intención al ver la curiosidad de la gente fue empezar a viajar por el mundo dando conciertos, pero solo para poder seguir conociendo rincones. Dormían en casas de amigos y seguidores, tocaban en plazas y bares y luego pasaban la gorra. Argentina, Uruguay, Chile, Brasil… y así, casi sin saberlo, perfilaron su primera gira internacional y autogestionada.
Y su vida se convirtió en un viaje
Después de esta acogida por Latinoamérica, la profesionalización estaba a la vuelta de la esquina. Los años de gira con su método hippie fueron la semilla de lo que sucedió después.
El viaje geográfico se mezcló con el artístico y estilístico, dando vida a una serie de discos que entremezclan folklore latino con sonidos electrónicos y otras experimentaciones. Ya no son dos, son todo un equipo, y sus giras ya no son por pequeñas plazas, sino por salas y festivales de casi todo el mundo.
Este verano, el viaje de Perotá Chingó hará una parada en Barcelona. Será el próximo 4 de julio en el Cruïlla 2020.