Una de las voces de referencia del feminismo, más necesaria que nunca
Con las nubes negras que sobrevuelan la política de los Estados Unidos, una figura como la de Ani DiFranco resulta de una vigencia absoluta y necesaria. La cantautora de Buffalo, Nueva York, fundó su propio sello discográfico, Righteous Babe Recuerdos, cuando sólo tenía dieciocho años. Desde el primer momento, DiFranco se quiso significar como mujer responsable de su propio destino y del de su música. Tampoco tardó a erigirse como un símbolo feminista, en evidente sintonía con el movimiento riot grrrl. Pero ante la electricidad enfurecida de sus compañeras de generación, ella siempre ha entendido la guitarra acústica a la manera de Woody Guthrie, como “una arma que liquida fascistas”, a pesar de que esto no le ha impedido enriquecer su folk con influencias de otros estilos.
Este año, Ani DiFranco publicará su decimonoveno álbum de estudio, Binary. Un trabajo que volverá a ser un altavoz para todas las personas que rechacen el pensamiento único y heteropatriarcal. ¡Festival Cruïlla con más sororidad que nunca!